lunedì 27 settembre 2010

Mensaje de Leonard Peltier en su cumpleaños 66

6 de septiembre de 2010

Hermanas, hermanos, amigas, amigos y todas y todos que me apoyan,
Ojalá pudiera sentarme en una mesa con cada uno de ustedes ahora mismo. Podríamos compartir una comida y reflexionar sobre los cambios que han ocurrido en este mundo durante los últimos 35 años o más. Sí es cierto, me fijo en las cosas fuera de los muros (tanto como sea posible). Sé que la confusión reina en el mundo y me duele pensar en la gente nativa que persiste en la pobreza total en las reservas y los barrios urbanos por todas partes de América.
Cuando yo era joven, lo único que quería hacer era hacer una diferencia en la vida de la gente. La semana que entra, cumplo 66 años y todavía quiero hacer esto. Pero en mis circunstancias es difícil tener un impacto. Sospecho que aún si pudiera meterme en la lucha de nuevo, todavía me sentiría frustrado. Todo que queda por hacer es más que una persona puede lograr. Aún así, me gustaría tener la oportunidad de poner de mi parte.
Al pensar en aquellos días en la reserva Pine Ridge, lo que recuerdo son los funerales. Hubo tantos funerales…Tantas familias perdieron sus seres queridos.
Hubo una fuerza poderosa en operación en aquel entonces, con un solo propósito: erradicar toda la resistencia del pueblo lakota.
Nosotros (la gente oglala tradicional y los integrantes del Movimiento Indio Americano) hicimos frente a la amenaza porque estábamos intentando defender a nuestro pueblo. Hicimos lo correcto. Teníamos ––y tenemos–– el derecho a sobrevivir.

Estaban saqueando nuestras tierras, también… en la mayoría de los casos para la minería. No habían pensado en qué hacer con los residuos tóxicos. Los ríos se llenaron de veneno. De lo que me dicen, no ha habido mucho cambio en eso.
En aquel entonces, la reserva estaba desgarrada por un conflicto tribal, y el gobierno federal armó un grupo contra el otro. El resultado fue una larga serie de tragedias para la gente de Pine Ridge… y para la gente que estaba presente aquel día en junio de 1975.
Les digo con toda sinceridad que entiendo la angustia y el dolor sufrido por todos, y yo también he vivido ese sufrimiento.
Un sinnúmero de veces, he observado a personas mentir en el estrado de testigos y he sentido las puertas cerrarse.
He escuchado los jueces amonestar a los fiscales por aceptar pruebas falsas y en algunos casos, participar en la falsificación.
En mi caso, el gobierno ocultó pruebas, también. O las fabricó. Literalmente.
Las cortes dicen que ahora estas cosas ni siquiera se cuestionan. Entonces, me pregunto: Si la norma de justicia estadounidense sigue siendo “más allá de toda duda razonable” ¿por qué permanezco aquí?
Las condenas de varias personas han sido revocadas debido a una sola violación de la Constitución. El número de violaciones constitucionales en mi caso es asombroso. Sin embargo, me quedo aquí, esperando a que me apliquen la misma norma de justicia.
Espero que un día alguien logre poner todo sobre la mesa para mostrar la magnitud de la incriminación de la que soy víctima.
Como ustedes saben, mi libertad condicional fue rechazada el año pasado. Es una decepción pero no estoy derrotado. Soy portador de la pipa sagrada y danzante al Sol. Abandonar la lucha no es –y nunca será–– concebible para mí.
Soy hombre indio y orgulloso de serlo. Amo a mi pueblo y mi cultura y mi espiritualidad. Mis enemigos sugieren lo contrario y buscan robarme mi dignidad. En eso, no tendrán éxito.
Al mirar atrás a los años que han pasado, me acuerdo de toda la gente buena que me ha defendido, que sea por un solo día o por una década. Por supuesto, hay muchas personas que siempre me han apoyado. Pienso en los cientos de miles de personas alrededor del mundo que han firmado peticiones para mí ––desde gente de las reservas más pobres hasta oficiales de alto rango político.
Como hemos aprendido durante todos estos años, mi libertad no llegará rápido o fácilmente. Tendremos que pelear duro para lograrla. Les pido que sigan ayudando a mi Comité y mi equipo legal como siempre lo han hecho. Ahora su apoyo es más importante que nunca. El triunfo de mi libertad será el resultado en gran medida de las acciones que ustedes tomen por mí.
De nuevo, gracias por acordarse de mí. No pueden imaginar el consuelo que ustedes han traído a un hombre inocente encerrado fuera del mundo durante tanto tiempo.
Doksha,
Leonard Peltier
#89637-132
USP-Lewisburg
US Penitentiary
PO Box 1000
Lewisburg, PA 17837
USA

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